El fibrocemento, más conocido como «uralita», es un material de construcción constituído habitualmente por una mezcla de un aglomerante inorgánico hidráulico (cemento) reforzado con fibras orgánicas, minerales y/o fibras inorgánicas sintéticas. Para la fabricación del fibrocemento, originalmente se utilizaba el amianto como fibra de refuerzo, pero cuando se hicieron patentes los problemas de asbestosis que éste provocaba, se fue abandonando paulatinamente su uso en los distintos países.

El fibrocemento ha sido utilizado principalmente en cubiertas, recubrimiento de paramentos exteriores y en forma de tuberías, bajantes, etc.

Es un material relativamente económico y muy ligero por lo que se utilizaba ampliamente en la construcción de almacenes y naves ganaderas, aunque su uso también estuvo muy extendido en edificios residenciales construidos con escasos recursos económicos.

El fibrocemento, por sí mismo, no es peligroso, ya que lo que es cancerígeno son las fibras de amianto que contiene en su interior, por lo que su simple presencia no entraña peligro. Ahora bien, si el fibrocemento se rompe por cualquier causa, ya sea por envejecimiento o al manipularlo, es cuando empieza a soltar fibras de amianto que pueden ser respiradas por las personas que trabajen o vivan en el entorno.

Uralita

¿QUÉ HACER ANTE UNA CUBIERTA DE URALITA DETERIORADA?

El fibrocemento (uralita) presente en las cubiertas de muchos edificios construidos entre los años 60-80 contiene amianto, por lo que su retirada y sustitución por otro material, o incluso operaciones de simple mantenimiento, no pueden realizarse de cualquier manera.

Dado que la realización de cualquier tipo de reparación o mantenimiento de este tipo de cubiertas implica el tránsito de trabajadores sobre la misma y la posibilidad de rotura de placas, con la consiguiente liberación de fibras de amianto y exposición de los trabajadores a las mismas, no consideramos factible ninguna otra operación sobre la misma que no sea su retirada completa y sustitución por otro tipo de cubierta. Lo más habitual es colocar panel sandwich de acero en su lugar, aunque se podría colocar cualquier otro tipo de cubierta si así lo requirieran los propietarios.

Alternativas tales como el encapsulado del fibrocemento (con corcho proyectado, poliureas o espuma de poliuretano) no son aconsejables por el riesgo anteriormente descrito y por la dudosa fiabilidad técnica de las soluciones que algunas empresas ofrecen. En cuanto a la posibilidad del doblado de la cubierta, nos encontraríamos en el caso de que al ejecutar una cubierta sobre otra cubierta, la primera deja de actuar como tal, y por lo tanto ha llegado al final de su vida útil, por lo que estaríamos obligados a retirarla.

Otras actuaciones como poner parches de tela asfáltica o pinturas de clorocaucho no pueden calificarse de otra forma más que de «chapucillas para ir tirando» realizadas por empresas de escasa cualificación técnica y para propietarios poco conscientes del problema real del fibrocemento.

REQUISITOS PARA RETIRAR EL FIBROCEMENTO

La retirada de elementos en fibrocemento que contengan asbestos (amianto) es muy peligrosa y debe estar estrictamente controlada, ya que las microfibras de asbesto inhaladas elevan enormemente el riesgo de un tipo muy concreto de cáncer de pleura llamado mesotelioma (entre otras enfermedades).

Actualmente, la normativa de aplicación es el Real Decreto 396 / 2006. Este Real Decreto establece que:

  • Las empresas que manipulen amianto deben estar inscritas en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto).
  • Se debe elaborar un Plan de Trabajo específico para cada obra concreta, que debe ser aprobado por la autoridad laboral competente.
  • Los trabajadores deben poseer formación específica y trabajar con estrictas medidas de seguridad e higiene, todas ellas definidas en el RD 396/2006.
  • El amianto retirado se debe encapsular y entregar a un gestor de residuos autorizados, que expedirá un certificado al respecto.
  • Se realizará un muestreo final que garantice el desamiantado de la zona de actuación.

Todo ello además de los permisos administrativos municipales que puedan ser requeridos para la obtención de la licencia de obras.

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