Hace ahora algo más de un año desde que entró en vigor el Certificado de Eficiencia Energética para viviendas y edificios. Este certificado, establece una calificación que va desde la A (verde) hasta la G (roja). De esta manera, podemos saber si una vivienda es más o menos eficiente que otra.

 

El certificado energético es obligatorio por ley si vamos a vender o alquilar nuestra vivienda. Para obtenerlo, es necesario contratar los servicios de un técnico competente (arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero), el cual visitará la vivienda para realizar una toma de datos de la misma, los cuales se volcarán en alguna de las aplicaciones informáticas homologadas, obteniéndose así los resultados de consumo de energía y emisiones de CO2 que harán que la vivienda resulte calificada de la A a la G, como ya hemos comentado.

Según los datos oficiales, la distribución de la calificación obtenida en los certificados registrados queda según muestra la siguiente tabla:

Situación del certificado energético en Madrid.Como se puede comprobar, la gran mayoría de las viviendas certificadas tienen una eficiencia energética baja o muy baja (calificaciones E, F y G). Este resultado es perfectamente esperable dadas las características constructivas de los edificios construidos hasta septiembre de 2006, construídos según los criterios de la norma NBE-CT-79. A partir de esta fecha, entró en vigor el Código Técnico de la Edificación (CTE), el cual aumentó considerablemente los requisitos de aislamiento térmico y uso de energías renovables de los edificios.

La principal conclusión de estos resultados es la evidente necesidad de mejora que tiene la inmensa mayoría del parque inmobiliario español.

A fin de incentivar esta mejora, los certificados energéticos deben incorporar una serie de medidas de mejora que nos permitan saber qué solución es mejor de cara a aumentar el confort y reducir el gasto.

Estas mejoras consisten básicamente en:

  • Aumentar el aislamiento de fachadas y cubiertas.
  • Eliminar puentes térmicos.
  • Sustitución de ventanas por otras de mejores características.
  • Renovar calderas y calentadores, especialmente si estos son eléctricos y es factible sustituirlos por otros alimentados por gas.
  • Incorporar energías renovables.

A la hora de establecer dichas medidas de mejora, es muy importante que sea factible llevarlas a la práctica para que resulten realmente una ayuda para el propietario que quiera mejorar la eficiencia energética de su vivienda. De nada sirve proponer como mejora para un piso que se instalen paneles solares en cubierta o que se sustituya una caldera individual por una colectiva de biomasa si llevar esta actuación a la práctica precisa del acuerdo de toda la comunidad de propietarios, lo cual excede la voluntad del propietario indivudual que encarga el certificado.

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